Escrito por Alejandro Torres Rivera / MINH
Desde tiempo inmemorial, la tortura ha sido un instrumento deshumanizante. La tortura degrada tanto al que como torturador la practica, como al torturado que es víctima de ella. A través de la historia hemos podido constatar su utilización contra el ser humano como método mediante el cual se pretende imponer al contrario los puntos de vista y concepciones de quien en un momento dado ejerce el poder frente a su adversario.
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